Uno de los peores días de mi vida

fotografía de internet 

Todo comenzó el miércoles por la noche de la semana pasada, Santiago mi bebé de un mes, empezó a regresar (vomitar) la leche con mucha frecuencia. 

Jueves por la tarde, tomamos la decisión de llevarlo con el pediatra para que lo revisara y ahí fue cuando nos dio el diagnóstico que me puso a llorar. 

Problemas con el Píloro ¿Qué es eso? Un músculo que conecta al estómago con el intestino. El doctor en ese momento nos comentó que no había ningún tratamiento para arreglar el problema, habría que recurrir a la cirugía y nada mas. 

Regresando a casa yo no podía dejar de llorar...
¿Cómo es posible que vayan a intervenir a un bebé tan chiquito? Además ya había sufrido mucho cuando nació y estuvo en terapia intensiva... ahora esto, no lo podía soportar.
No les puedo explicar mi sentir, un hueco en el pecho horrible, una sensación indescriptible, nunca en mi vida lo había sentido de esa manera y con esa intensidad. 

Llegando el jueves por la noche a la casa (por qué el pediatra no está en el mismo pueblo y se tenía que tomar carretera también)... decidimos el flaco y yo irnos a la ciudad donde habían nacido mis mellizos para que lo revisara el pediatra que lo había recibido al nacer, que le hicieran los estudios correspondientes y revisar esa segunda opinión. 

Y así fue... el viernes muy muy temprano salimos a carretera, mis hijos mayores y su melliza lucía se quedaron a cargo de mi mamá.

Llegamos... lo revisaron y sí, mismo diagnóstico, le harían la cirugía por la noche pues no podía dejar pasar más tiempo si no... empezaría a deshidratarse, pues absolutamente toda la leche que comía la vomitaba, ese conducto estaba completamente tapado y no había forma de que pasara alimento y lo procesara de manera correcta.  

¿Pero por qué le paso eso si al nacer todo iba muy bien? Ya tenía un mes alimentándose perfectamente...  pues al parecer es congénito y para nuestra sorpresa pues al flaco también lo habían operado de eso cuando nació, además se puede presentar en niños varones entre los 30 a 40 días de nacido, mi Santiago en ese momento tenía 35 días. 

Nos quedamos con él internados en el hospital viernes, sábado y el domingo lo dieron de alta... y aquí estamos todos juntos de nuevo, gracias a Dios está mucho mejor, comiendo... tranquilito... impresionantemente fuerte, nunca se quejo de nada, nunca lloro... 

Es increíble lo fuerte que llegamos a ser las mamás, no se de donde me salen tantas fuerzas ni siquiera sabía que las tenía, días y días sin dormir... malcomiendo pero con mucha esperanza y fe de que mi niño saldría bien de todo esto, y así fue... no puedo dejar de agradecer a Dios.

Pero... en definitiva fue uno de los peores días de mi vida... 
Abrazos grandes