Soy Mamá de Cuatro

¡Hola hola! ¿Cómo están? Pues yo estoy muy bien gracias a Dios... ya me comían las ansias locas por regresar a mi blog y poder contarles cómo estamos todos con esta nueva aventura que iniciamos el 8 de Enero de este año.

Mis bebés están bien aquí con nosotros, pero vivimos toda una aventura que nos sacó muchas alegrías pero también varios sustos. 

El 4 de Enero me fui a la ciudad en donde iban a nacer los mellizos, tenía cita con el ginecólogo, me comentó la fecha del nacimiento, miércoles 8 de Enero, era un sábado cuando lo vi, sus palabras fueron: aguanta Susy esos días más para que los bebés tomen más peso y listo, 36.4 semanas.  

La verdad yo ya no podía más... ya casi sin poder caminar pues los dolores ya eran muy fuertes, las contracciones eran muy constantes (ya estaba tomando medicamento desde meses anteriores para controlar eso), ya durante las noches lloraba de la desesperación... pero me aguanté por mis bebés y pudimos llegar a la fecha que el doctor había dicho. 

Ahí estábamos el flaco y yo en el hospital a las 6:00am para internarme y meterme a quirófano... todo marchaba bien, estaba en la operación... solo recuerdo los primeros 10 minutos, después... me durmieron, la primera en nacer fue Lucía 9:08am entre que dormida y despierta la pude ver, acariciar... después ya no supe nada porque me durmieron por completo.

Santiago había nacido un minuto después 9:09am pero con problemas para respirar, me cuenta el flaco que se puso muy nervioso pues los doctores empezaron a reanimarlo para que pudiera respirar, me dice que nunca había vivido tantas emociones juntas al mismo tiempo, como ese día en el parto porqué... después a mi bebé se lo llevaron a terapia intensiva. 

Me pasaron a recuperación, ahí estuve unas tres horas... después al cuarto, llegué y no había nadie, ni mis papás... ni el flaco, ni mis hijos, se me hizo muy raro. Después de unos 20 minutos llegaron. 
El flaco me empezó a explicar lo que había pasado y yo trataba de mantenerme tranquila.

Tiempo después me llevaron a Lucía, la bebé más bella de todo el mundo, permanecía conmigo durante todo el día de 9:00am a 11:00pm tiempo después de que la bebé se iba a los cuneros, yo me iba a terapia intensiva a ver a Santiago por las madrugadas. Así... 3 noches 4 días. 

El pediatra me comentó que mi bebé al nacer no expulso suficiente agua de sus pulmones y pues aún tenía acomunado por eso batallaba para respirar y tenía que permanecer en terapia hasta fuera madurando por si solo. 
Yo rezaba todo el tiempo, tenía a Lucía conmigo pero me faltaba mi niño... era una sensación que no les puedo explicar con palabras, un sentir que no le deseo a nadie. 
Llegar a ese lugar y ver a tu hijo así... solito, conectado, tan chiquito...junto con otros niños que también luchan batallas muy difíciles, llegar a convivir con otros padres que llevan muchos meses visitando a sus bebés día y  noche, es muy fuerte... fue muy duro y de gran enseñanza para mi, jamás te imaginas que vas a pasar por algo así, simplemente piensas que a ti no te va a tocar. 

Gracias a Dios Santiago se recuperó más rápido de lo que creían y nos dieron de alta a los tres juntos... ahora ya estamos en casa, llevamos 20 días juntos, mis dos bebés están muy bien, muy sanos y demasiado bellos. No puedo estar más feliz y bendecida.
Patricio y Melissa están muy enamorados de sus hermanitos, los quieren, los cuidan, los apapachan... todo está tomando su curso y nos estamos adaptando poco a poco muy bien... ¡Soy mamá de cuatro amigos!